La paradoja de la motivación es que cuando la tienes no sientes que la necesitas y cuando la necesitas no sientes que la tienes.
Puede ser una realidad frustrante, pero si puedes entender cómo funciona la motivación, puedes limitar los momentos en los que te sientes atrapado en una rutina.
Puede pensar que debe sentirse motivado para comenzar algo nuevo o asumir un gran desafío, pero eso es un mito. La motivación sigue a tus acciones y no al revés, por lo que es más fácil sentirse más motivado después de comenzar un nuevo entrenamiento o dieta. El primer paso podría ser tan fácil como comprar ropa deportiva, anotar sus entrenamientos o contratar a un entrenador. Pero tienes que poner la pelota en marcha para despertar la motivación en lugar de esperar una oleada de inspiración.
Piense en ello como la primera ley del movimiento de Newton: un cuerpo en reposo permanecerá en reposo a menos que una fuerza externa actúe sobre él, y un cuerpo en movimiento permanecerá en movimiento.
La clave, entonces, es no esperar hasta estar motivado para abordar una nueva tarea, objetivo o hábito. En cambio, necesita un disparador para ayudar a reavivar la motivación incluso cuando no existe.
La clave es no esperar hasta estar motivado para abordar una nueva tarea, un nuevo objetivo o un nuevo hábito. Esta es la fase de descanso. En cambio, necesita un disparador para ayudar a reavivar la motivación incluso cuando no existe.
Entonces, la clave para la motivación a largo plazo es asegurarse de que lo que está haciendo se relacione con algo de mayor propósito, significado o beneficio.
Si está tratando de encontrar la voluntad para hacer algo, probablemente signifique que aún no ha conectado sus acciones con un objetivo más grande.
¿Quieres más motivación? Asegúrese de que el beneficio de su acción supere el dolor de su inacción. Cuando pueda ver sus comportamientos como un compromiso entre una vida vivida o una vida desperdiciada, entonces tendrá la motivación que perdura.
Como beneficio adicional, una vez que alcance este nivel con su condición física, obtendrá mejores resultados. En un estudio de 2015 de la Universidad McMaster, las personas que se enfocaron en razones intrínsecas para hacer ejercicio sintieron que producían un mejor rendimiento del entrenamiento en intervalos de alta intensidad (HIIT) que aquellos que hicieron ejercicio, se enfocaron en otras razones.
Para ayudarlo a alcanzar sus objetivos de acondicionamiento físico y nutrición, utilice estos consejos basados en la ciencia para comenzar con la acción. No son un pozo de combustible interminable, pero te patearán el trasero para ponerte en marcha, y el resto depende de ti.
1. Imagina dónde quieres estar (no dónde estás)
Suena como un loco truco de magia, pero es más que una ilusión. Si piensa en sí mismo como alguien que hace ejercicio, es más probable que haga ejercicio. Si te ves a ti mismo como un adicto a la televisión, estarás recogiendo las migas de tu camisa.
La investigación de Harvard y Yale sugiere que sus acciones tienden a seguir la etiqueta que se toma por sí mismo. “Es como la ‘ley de la atracción’. Cuanto más positivo sea, más positivo se volverá ”, dice el entrenador personal Mike Donavanik, CSCS
Mientras tanto, de acuerdo con una serie de experimentos publicados en el European Journal of Social Psychology, construirte usando la segunda persona (piensa: “tú” versus “yo”) se traduce en una mayor motivación. Es hora de comenzar a hablar contigo mismo y usar una narrativa que cree una mentalidad de en quién puedes convertirte. Mira hacia el futuro para hacerlo realidad.
2. Tener la piel en el juego
Según un estudio de Annals of Internal Medicine, los incentivos económicos para perder dinero son un 50% más efectivos para hacer que las personas hagan ejercicio que los incentivos económicos para ganar dinero.
“La gente valora más algo que posee que lo que no”, dice Greg Justice, fisiólogo del ejercicio y autor de Mind Over Fatter.
Entonces, ¿cuánto deberías apostar? Una revisión anterior en el American Journal of Preventive Medicine revela que las apuestas tan bajas como $ 5 por semana pueden hacer el truco.
¿La llave? Asegúrate de que alguien te haga responsable. Hágale saber a un amigo o familiar sobre la apuesta (o el objetivo de acondicionamiento físico), luego asegúrese de que desempeñe el papel de corredor de apuestas si no lo sigue.
3. Crea la lista de reproducción definitiva
En una encuesta de 2016 de Sonos y Apple Music, las personas eran un 22% más activas físicamente durante las semanas que se rodeaban de música que cuando no tenían melodías. Además, una vez que comienzas a moverte, escuchar tu música favorita puede ayudarte a entrenar más duro y por más tiempo, según un estudio de 2015 de Ball State University.
4. Apostar por la responsabilidad social
La investigación realizada en remeros de la Universidad de Oxford sugiere que cuando las personas entrenan juntas, en lugar de en solitario, automáticamente duplican los niveles de endorfinas de bienestar de su cuerpo.
Esta puede ser una de las razones por las que la investigación de la Universidad Estatal de Michigan muestra que nos esforzamos constantemente y logramos un mejor rendimiento en el entrenamiento cuando sudamos con un compañero de entrenamiento.
5. Recuerda un entrenamiento increíble
Recordar una experiencia de entrenamiento positiva puede aumentar drásticamente su motivación para entrenar nuevamente, según un estudio de la Universidad de New Hampshire. Después de todo, investigaciones previas en psicología de la salud muestran que la mayoría de las veces las personas tienden a subestimar dramáticamente cuánto disfrutarán de su entrenamiento.
6. Escriba sus metas
Una investigación de la Universidad Dominicana muestra que tienes un 42% más de probabilidades de realizar un seguimiento de tus tareas (como hacer tu entrenamiento a las 6 a.m.) si las tienes escritas. Mientras tanto, de acuerdo con un estudio de 2014 de la Universidad del Sur de Florida, los corredores que establecieron metas a corto y largo plazo, y luego monitorearon su progreso, aumentaron su kilometraje semanal.