Durante milenios, la gente ha escrito sobre los placeres de la naturaleza.
Ahora que la naturaleza ya no es una parte tan importante de nuestras vidas como lo fue para nuestros antepasados, ha quedado claro que los humanos, en cierto modo, están destinados a estar en contacto con la naturaleza y que nuestras formas de vida modernas son, por decirlo así.
Hoy en día, los planificadores comprenden perfectamente que las vistas de los espacios verdes, los cuerpos de agua y otras características naturales contribuyen en gran medida a mejorar el ambiente y la “sensación” de un espacio.
Sin embargo, ahora hay más y más evidencia de que estar en la naturaleza y realizar actividades en un entorno natural también puede ayudar a nuestra mente a sanar.
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Por ejemplo, se ha encontrado que los pacientes con trastorno de estrés postraumático (PTSD) y trastorno de estrés postraumático (PTSD) probablemente se beneficien de la exposición regular al aire libre, ya sea a través de caminatas en el área.
Naturaleza o mediante sesiones de terapia regulares al aire libre.
Debido a que el PTS y PTSD a menudo contribuyen a los trastornos por uso de sustancias (SUD) y otros problemas de salud mental como el trastorno de ansiedad generalizada, este tipo de intervención tiene el potencial de reducir significativamente la carga sobre nuestro sistema de salud mental sobrecargado.
A continuación se muestran algunas de las formas en que la terapia de la naturaleza puede beneficiar el trauma.
1 Ofrece agradables posibilidades de ejercicio
Las personas con traumas y otros problemas de salud mental a menudo se beneficiarán de alguna forma de ejercicio regular.
El ejercicio puede ayudar a quemar la energía ansiosa, que a menudo es común en personas que han experimentado un trauma.
También permite que su cuerpo libere hormonas naturales que podrían ayudar a estabilizar su estado de ánimo y mejorar el sueño, un problema que a menudo encuentran las personas con TEPT y TEPT.
Si bien hacer ejercicio en zonas urbanas es sin duda una buena opción, la naturaleza también ofrece otros beneficios de los que hablaremos más adelante.
Si uno tiene acceso a la playa, bosques seguros o senderos desérticos u otras características naturales adecuadas, es probable que estos brinden oportunidades de ejercicio agradables para personas de todas las edades.
Senderismo, natación, kayak y bicicleta son solo algunas de las actividades al aire libre de impacto moderado más comunes que podrían ayudar a las personas en recuperación a hacer el ejercicio que necesitan.
Si alguien está a la altura del desafío, también puede probar actividades más extenuantes como la escalada en roca, el esquí de fondo, el surf y la carrera por senderos.
Además de sus beneficios contra el estrés y la ansiedad, muchos de estos ejercicios permiten a los participantes estar en un estado meditativo y concentrado, lo que en sí mismo tiene beneficios directos en la reducción de los efectos del trauma mental.
2 Disfrutar de la naturaleza puede ayudar a desarrollar y mejorar la resiliencia emocional
Si bien se necesita mucho más que un viaje a la naturaleza para curar a las personas que han sufrido un trauma severo, existe una creciente evidencia de que la terapia al aire libre puede desarrollar la resiliencia emocional en niños y adultos.
Algunos estudios parecen sugerir que las actividades realizadas en los elementos pueden ayudar a crear una sensación de control que influye en otros aspectos de nuestras vidas.
La resiliencia emocional se define generalmente como la capacidad de seguir funcionando normalmente después de sufrir un trauma. Es nuestra capacidad de adaptación y superación cuando nos enfrentamos a un evento particularmente grave.
Sin embargo, la resiliencia no es una cualidad de todo o nada. Desafortunadamente, el trauma tiene una forma de expresarse de una manera que no es obvia ni para la víctima ni para los observadores externos.
Los sobrevivientes de trauma pueden ser funcionales o superficialmente productivos mientras se involucran en comportamientos autodestructivos como el uso de drogas, la alimentación estresante, el juego o la compra impulsiva.
Una mejor resiliencia puede ayudar a prevenir que ocurran estos comportamientos negativos.
Las actividades al aire libre en grupos pequeños son particularmente beneficiosas para mejorar la resiliencia emocional en personas de todas las edades.
Estas actividades grupales pueden crear una sensación de “conexión” que puede evitar que las personas en recuperación logren estrategias de afrontamiento poco saludables.
3 Tendemos a ser más felices y menos ansiosos cuando estamos cerca de la naturaleza.
Los estudios de grupos de personas con PTSD (particularmente veteranos de combate y otros con experiencias traumáticas continuas) parecen mostrar que estar en la naturaleza o en lugares que imitan la naturaleza como parques y jardines puede mejorar dramáticamente los síntomas de PTSD y PTSD.
Participar en prácticas de ejercicio y atención plena en estos contextos mejora aún más este efecto.
No está del todo claro por qué es así.
Sin embargo, dados los beneficios, los entornos naturales pueden ser potencialmente la clave para intervenciones traumatológicas rentables en un sistema de salud cada vez más sobrecargado.
4 Brinda oportunidades para la vinculación social y el apoyo entre pares.
La creciente evidencia a favor de la terapia al aire libre también la ha convertido en una intervención complementaria cada vez más popular para todo tipo de problemas de salud mental, incluido el trastorno de estrés postraumático, la depresión, la ansiedad e incluso los trastornos relacionados con el estrés.
En el contexto de la recuperación del trauma, la terapia al aire libre y en la naturaleza a menudo se realiza en un entorno grupal, lo que brinda una variedad de beneficios curativos para las personas.
Dado que los participantes en las sesiones de terapia grupal tienden a tener experiencias similares o al menos identificables, las personas en recuperación pueden bajar la guardia sin temor a ser malinterpretadas.
La terapia de grupo también es una fuente de nuevas amistades y conexiones, que pueden seguir siendo importantes durante toda la vida.
Es posible que ni siquiera sea necesario participar en este tipo de sesiones de terapia grupal al aire libre para beneficiarse de ellas.
El solo hecho de vincularse con otras personas por intereses comunes ya puede ayudar a las personas en recuperación a sanar y seguir adelante.
Parece que estar en la naturaleza no solo te hace sentir bien, también puede ayudarnos a curar cicatrices mentales invisibles.
Para las personas con trauma psicológico severo, la exposición a la naturaleza puede ser esencial para permitir que la terapia convencional, como la terapia cognitivo-conductual y la terapia asistida por medicamentos, haga su trabajo.